Jueves, 18 de Julio de 2024
Organizaron un seminario donde la pobreza energética, que afecta a 35 millones de brasileiros, fue el tema para encontrarle soluciones entre sector público y privado.
La Sindigas, la entidad que nuclea a las envasadoras y distribuidoras del Brasil, organizó junto al Ministerio de Minas y Energía un seminario sobre “Tecnologías limpias para cocinar y avances en la lucha contra la pobreza energética”, con el fin de encontrar puntos de encuentro y solución entre el sector público y privado para eliminar la leña en los 35 millones de brasileros que todavía la utilizan para cocinar, principalmente.
La apertura del evento, realizado en Brasilia, con las palabras del ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, al sostener que esta agenda es parte del proceso de transición energética, a discutirse en la cumbre del G20 en Río de Janeiro, a partir del Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 de la ONU, que trata sobre Energía Limpia y Asequible.
En la primera sección del Foro, “¿Por qué hablar de cocina limpia?”, Carlos Ragazzo, profesor de la Fundação Getulio Vargas (FGV), explicó el acceso a la cocina limpia como estrategia para combatir la pobreza energética, a partir de la visionaria investigación que realizó por seis meses a solicitud de Sindigás.
Según Ragazzo, los datos muestran por qué se necesitan políticas públicas para abordar el problema: 35 millones de personas utilizan leña o carbón vegetal; la leña es mucho más contaminante que otras fuentes de energía, 4 mil veces más que el GLP; hay impactos en la salud, con 3,2 millones de muertes por exposición a la contaminación del aire doméstico, además del glaucoma, entre otras enfermedades; y las consecuencias de la pobreza energética se centran en mujeres y niños, debido a la desigualdad de género, principalmente en los países en desarrollo.
A su turno, Sergio Bandeira de Mello, presidente de Sindigás, por su parte, destacó que el sistema logístico para el mercado brasileño de GLP es referencia internacional, ya que garantiza un servicio esencial y de calidad de norte a sur del país, con la logística de entrega en puerta del consumidor final. En Brasil, se entregan 14 cilindros por segundo.
“El mercado del GLP es libre y bastante competitivo en el rango de demanda del segmento nacional. Ya contamos con la capilaridad necesaria, con 60 mil revendedores repartidos por todo Brasil. Según el IBGE, el 91% de los hogares declaran utilizar GLP y el 96% están equipados para recibir la fuente de energía. Entonces, el desafío es gubernamental, llegar a los sectores marginales de la sociedad que utilizan la leña recolectada para cocinar. Es un problema de equidad y no de acceso o logística. Los mayores desafíos son mejorar la calidad de los datos para la geolocalización del consumo de leña y el diseño de políticas públicas con métricas”, destacó Bandeira de Mello.