Jueves, 18 de Julio de 2024
En el mayor de los silencios, el Gobierno Nacional, a través de la Secretaría de Energía suspendió los pagos del Programa Hogar con Garrafas, cuyo beneficio era que los usuarios de menores ingresos y sin acceso a la red de gas, tengan entre tres y cinco garrafas mensuales, y de acuerdo a la zona geográfica que vivan, un subsidio que disminuya el precio por envases.
Si bien en la página del Ente Regulador del Gas y en la Anses, aparece el Programa, con alcances y beneficios, la queja es que los que ya están registrados desde febrero y marzo de este año dejaron de recibir el subsidio en sus cuentas bancarias.
Si bien en marzo el Gobierno actualizó los montos, que va desde $1.539 por envase de 10 kilos, hasta un máximo de $2.245, eso no se reflejó en las cuentas bancarias de los 2,8 millones de beneficiarios que tiene el Programa.
Si bien en la web tiene una información errónea o confusa, en lo mejor de los casos, señala que cubre el 80% del precio de venta “máximo y sugerido”, pero la realidad es que los montos actuales sólo estarían alcanzando entre un 20 y 25% de lo que vale. Pues, según la última Resolución de la Secretaría de Energía, el precio máximo sugerido es de $7.500 en puerta de depósito. De todas formas, no se está depositando.
Hasta ahora, lo único que se mantiene activo en el Programa Hogar es el subsidio que se aplica a la producción (petroleras) para mantener un precio diferenciado de la tonelada en el mercado interno, que es de $137.770 por tonelada y muy alejado de los $403 mil pesos que tiene a valor de exportación, que marca SE.
La caída del Programa Hogar, sin bombos ni platillos, simplemente con la no autorización de su pago, marca la caída de una forma de concebir cómo se ve el consumo del gas envasado en la Argentina, que desde 2008 a esta parte, a través de diferentes nombres de programas y gobiernos, siempre contó con la colaboración del Estado, vía subsidio, en aquellos usuarios de menores recursos.
También marca una diferenciación con el resto de América, que, con sus matices, todos los Gobiernos, sea el signo político que sea, mantienen una política de subsidio directo o indirecto en el gas envasado dirigido a los usuarios de bajos ingresos.