Miércoles, 4 de Septiembre de 2024
La Resolución 216 cambió la realidad del sector: del “precio máximo” fijado desde la esfera pública, al “precio de referencia máximo”. Apoyo del sector.
La publicación de la Resolución 216/24, a mediados de agosto por la Secretaría de Energía, marcaron los nuevos “precios de referencia máximos” para las garrafas de 10, 12 y 15 kilos de butano envasado, dejando atrás el “precio máximo”.
La cuestión semántica es profunda y no de forma. La misma marca la intención de desregular el mercado, pero todavía esa intencionalidad se encuentra a mitad de camino. Veamos los detalles.
Todavía funciona (no desde los anuncios, pero sí desde la legalidad) el Programa Hogar con Garrafas. De esta forma los fraccionadores recibirán una tonelada de butano, de acuerdo a cupo asignado previamente, a precio con subsidios lo cual les permite llegar al costo de los $8.500 por garrafa en puerta de depósito o planta. Un valor que es de referencia, porque puede ser más o menos, según la competencia.
En un mercado desregulado, como pretende secretario de Energía Eduardo Rodríguez Chirillo, los fraccionadores tendrían que estar comprando a $410.000 pesos la tonelada de butano, de acuerdo al precio de paridad de exportación, poniendo en el mercado una garrafa a $12.300 por 10 kilos, aproximadamente, de acuerdo a las tradicionales fórmulas de armado de precio. También podría salir menos.
No hay dudas que mantener los mecanismos de subsidios en un producto que incide en la construcción de los índices de inflación, es vital para el Gobierno. Pues todo indica que la inflación encontró su meseta y que, nuevamente, podrá tener picos alcistas. Y, entonces, la cuestión es no sumar más leña al fuego.
De esta forma lo que sólo queda del extinto Programa Hogar, es el subsidio dirigido a las productoras. Porque el dinero que iba a los beneficiarios finales del Programa (los 2,8 millones de usuarios) dejaron de recibirlo desde principio de año.
Los precios máximos de referencia servirán, pero quedan cortos para los costos que crecieron por arriba de los valores de referencia máximo. De todas formas, esos valores, coinciden las voces del sector, demuestran la intencionalidad del Gobierno de acompañar los mayores costos que tienen en sus empresas. Tanto el aumento del precio como “la liberalización del precio”, son dos cuestiones que tienen el apoyo de todo el sector.
En este sentido, se debe destacar que la Resolución, desde el sector del fraccionado, es que se descarta la palabra de “precio máximo” y vuelve a los orígenes de la Ley 26.020 del GLP, que dice: “precio de referencia”. Y también hacen hincapié en que no se fijan valores de compra de producto a las petroleras y además deja de fijar precios de venta a los intermediarios, como podrían ser los distribuidores y comercios.
Será importante observar cómo evoluciona un mercado, que tuvo ventas interesantes en esta temporada, debido a las bajas temperaturas de un invierno polar. Sin embargo, los costos todavía no permiten afrontar esas nuevas inversiones que requieren montos importantes. En síntesis, observan una vuelta a las características de funcionamiento que tenía el sector antes de los programas “Garrafa para Todos” y “Hogar con Garrafas”.
Lo que se percibe en los fundamentos de la Resolución firmada por Rodríguez Chirillo es la intención de una desregulación de todo el mercado del GLP, en el marco de lo que pretende para todo el universo energético. Sin embargo, en la industria del GLP lo único desregulado es el propano. Lo que falta es el butano, hasta nuevo aviso. Y también se observa que lo que se pretende es la desregulación de precios, porque la Ley 26.020 de GLP, todavía regula, de manera precisa y eficiente, toda la cadena de esta industria.