La privatización de Petrobras pone en duda provisión de GLP en el mercado del Brasil

Martes, 31 de Mayo de 2022

La duda es si habrá continuidad en el alquiler de un buque que opera como terminal flotante en el Puerto de Suape, en Pernambuco. Las soluciones posibles de privados y el sector público.


Tanto autoridades como envasadores y distribuidores ven con preocupación la privatización de Petrobras en lo que respecta al recibimiento y despacho del GLP que ingresa a Brasil, precisamente en la refinería Abreu e Lima (Rnest) en el estado de Pernambuco.

El temor radica en que no se sabe si los futuros concesionarios de esa Refinería de Abreu e Lima, ubicada en el puerto de Suape, y por donde ingresa gran parte del GLP para abastecer en el noreste y otras regiones del país, seguirá “fletando” un buque cisterna (y bajo operación de Petrobras), que opera como una terminal flotante.

El año pasado, el tanquero manejó el 72,4% de las importaciones de GLP del país, además de realizar operaciones de almacenamiento y despacho al polo Suape, transbordo a buques de cabotaje con destino a otros puertos y relevo de buques de gran porte con productos importados a puertos de acceso restringido.

Ante la falta de certezas en la continuidad, la Agencia Nacional del Petróleo, el Gas y los Biocombustibles (ANP) comenzara a delinear un plan para evitar el posible riesgo de escasez.

El 70% del GLP que se consume en Brasil, es aportado por Petrobras y otras petroleras. El 30% restante se importa, siendo el Petrobras quien trae el 97% del producto de terceros países.

Lo que se baraja

Ante la falta de certezas, la ANP desarrolló un “plan de acción” que “propone que el tanquero amarrado en el Puerto de Suape sea definido como infraestructura crítica para el abastecimiento nacional de GLP” y que “Petrobras siga siendo responsable de su flete por al menos tres años después de la venta de las refinerías de Abreu e Lima”.

Por el lado de los envasadores privados, lo que están haciendo es tomar práctica en la operatoria de la importación propia, buscando proveedores en diferentes puntos. En este marco se entiende las importaciones que se hicieron desde Argentina, tanto en barco, como eligió Copagaz, y por transporte terrestre, Ultragaz.

Fueron importaciones puntuales y con volúmenes mínimos respecto a lo que mueve Brasil, pero no quieren quedar descolocados ante un posible escenario de desabastecimiento por falta de infraestructura.