Lunes, 21 de Febrero de 2022
Las fraccionadoras nucleadas en la Cámara de Empresas Argentina de Gas Licuado (CEGLA) están operando a pérdida. Actualmente una garrafa de 10 kilos cuesta, en promedio, $424. El valor de venta en plataforma es de $236.
“Tenemos una estructura de costos que no puede ser cubierta con esos importes. Necesitamos que el precio de referencia para el fraccionado y para las otras etapas se actualice cada seis meses, de acuerdo a lo que establece la Ley 26.020”, reclamó el presidente de la entidad, Pedro Cascales.
Los reclamos de CEGLA por falta de rentabilidad de las compañías asociadas son reiterados y la situación es extremadamente delicada. De seguir con este difícil presente se afectará a los actores de la industria, pero, además, y principalmente, se perjudicará a los usuarios consumidores. En especial a aquellos más vulnerables que, por carencia de recursos o por cuestiones de falta de infraestructura, se ven impedidos a acceder a redes de gas natural o a otros recursos alternativos.
El valor actual de la garrafa es uno de los más bajos de la región junto a los de Bolivia y Ecuador, países que tienen muy subsidiado el precio del gas envasado. Pero también es inferior a los equivalentes que se pagan por otros tipos de energía en Argentina. En una comparativa de cuánto debería costar una garrafa en relación al mismo consumo de otros energéticos, los resultados son muy favorables para el butano y el propano, incluso contra el gas natural del AMBA y del resto de Buenos Aires. Lo mismo sucede con la leña, que actualmente supera el costo del gas envasado.
Si hiciéramos una equiparación con los valores de la electricidad residencial de diferentes regiones del país, una garrafa de 10 kilos debería costar $2928 para un consumo equivalente de luz en la ciudad de Córdoba. Si la comparación es con la energía eléctrica de la ciudad de San Miguel de Tucumán el valor correspondiente ascendería a $2082. Incluso si la relación fuera con la provincia de Buenos Aires el precio tendría que ser de $1851. “La garrafa es un energético de uso extendido en toda la Argentina y más económico que los otros disponibles”, destacó el presidente de CEGLA.
Por otra parte, si la relación la hacemos con productos de consumo masivo, que además algunos usan gas licuado de petróleo (GLP) para su producción, también es muy inferior el precio de una garrafa. Un kilo de yerba o un aceite de girasol de 1,5 litros cuestan $400, en promedio. En una panadería de barrio el kilo de pan se consigue a unos $300. A su vez, una gaseosa cola de 2 litros vale $180. Y si se va en auto al supermercado a buscar esos alimentos o a adquirir la garrafa, con el reciente incremento de la nafta se necesitarán $4500 para llenar un tanque de 45 litros en la Ciudad de Buenos Aires. En la mayor parte del país ese número asciende considerablemente.
Y en lo que refiere a la evolución del salario mínimo, vital y móvil (SMVM) en el último tiempo y los incrementos otorgados a la garrafa en el mismo período también es notorio el atraso del GLP. En octubre de 2020 el SMVM era de $18900 y el precio máximo de fraccionado de una garrafa de 10 kilos –uniforme para todo el territorio nacional–, de $185. Desde hace unos días el SMVM es de $32616 (72,5% de aumento). Sin embargo, el precio máximo de referencia para fraccionado está congelado desde junio de 2021 en apenas $236 (27,6% de incremento). Cuando vemos el precio final al público sucede algo similar: $359,62 en octubre de 2020 y unos $424 en la actualidad, sólo 20% más.
A mitad del año pasado la Secretaría de Energía de la Nación emitió una resolución con una asistencia económica transitoria (AET) para operadores de GLP. La ayuda consistía en el reconocimiento del 20% de la facturación en concepto de ventas que hayan registrado mensualmente las empresas productoras, fraccionadoras y distribuidoras para el período agosto-diciembre de 2021 por el producto destinado al Programa HOGAR. Con el comienzo del nuevo año esta medida quedó sin efecto. Con el agravante de que sólo algunas empresas cobraron la AET de septiembre 2021 y nada de ahí en adelante.
“Exigimos que los valores de referencia sean dictados y ajustados a los costos operativos, a la rentabilidad mínima necesaria y al criterio técnico, en respeto a la legislación vigente y a las necesidades de calidad y seguridad de nuestro mercado”
Las asociadas a CEGLA le reclamamos a la Autoridad de Aplicación de la Ley 26.020 que actualice el precio de referencia del gas licuado de petróleo para cubrir así los costos del sector y recuperar rentabilidad. “Exigimos que los valores de referencia sean dictados y ajustados a los costos operativos, a la rentabilidad mínima necesaria y al criterio técnico, en respeto a la legislación vigente y a las necesidades de calidad y seguridad de nuestro mercado”, expresó Cascales, y agregó: “Somos un gran dinamizador de la industria e invertimos mes a mes más de $1100 millones en bienes de capital”.
Cabe destacar que el sector fraccionador del GLP realiza todas sus inversiones en pos de garantizar la excelencia y la seguridad plena del servicio que brindamos. Justamente esas son las principales ventajas del gas envasado. Además, da empleo directa e indirectamente a más de 9.000 personas y abastece con altos estándares de eficiencia a más de 5 millones de hogares con un combustible ecológico, 100% nacional y que es fundamental para el entramado del país.